BENDICIONES DE RECITAR EL SANTO NOMBRE DE SAI.

"Yo cumpliré todos los deseos de aquel que pronuncia mi nombre con amor, e incrementaré su devoción. Y si canta sinceramente Mi vida y Mis hechos, estaré delante, detrás y en todos sus lados. Aquellos devotos, que están apegados a Mi, con corazón y alma, sentirán felicidad naturalmente cuando oigan estas historias. Créeme que si cualquiera canta Mis pasatiempos Divinos, Le daré alegría infinita y satisfacción eterna. Mi característica especial es liberar a cualquier persona que se rinde completamente a Mi, y quién Me adora lleno de fe, y quién Me recuerda, y medita en Mi constantemente. ¿Como pueden ser conscientes de los objetos mundanos y las sensaciones, quienes pronuncian Mi nombre, quienes me adoran, quienes piensan en Mis Historias y Mi vida, quienes así siempre Me recuerdan? Libraré a Mis devotos de las mandíbulas de la Muerte. Si Mis historias son oídas, serán librados de todas las enfermedades. Por lo tanto, oigan Mis historias con respeto; y piensen y mediten en ellas, asimilándolas. Este es el camino a la felicidad y la satisfacción. El orgullo y el egoísmo de Mis devotos se desvanecerá, la mente de los oyentes alcanzará reposo; y si se tiene completa e incondicional fe, alcanzarán la unidad con la Conciencia Suprema. El simple recuerdo de Mi nombre como 'Sai, Sai' librará de los pecados del hablar y el oír". Sai Satcharitra Cap. III
(Puedes obtener el Sai Satcharitra en formato PDF o Word si nos envías un mensaje solicitándolo).

Las palabras de Sai son Sankalpa (acordes con la voluntad divina), por eso no hemos de confundirlas con buenos deseos o simples ejercicios de retórica. Sai expresa algo que con contundencia se comprueba con hechos. Sai asume aquí la misma naturaleza salvífica que otras encarnaciones de la Divinidad; conscientes de las inmensas limitaciones de esta era dura (Era de Kali), asumen la magnánima misión de la salvación de aquellos que se aferran con fé a lo Divino. Estas palabras de Sai, son palabras propias de un bodhisattva. Como bodhisattva se considera en ciertas escuelas buddhistas a aquellos seres que listos ya para la realización absoluto y su ingreso en la beatitud infinita. Renuncian a su propio descanso y su liberación mientras no la hayan conseguido todas las entidades vivientes. 
Esto nos lleva a la pregunta fundamental. ¿Porqué los seres perfectos se vuelcan a la labor de rescatar del mundo fenoménico a almas caídas? ¿Por que no se limitan a observar los esfuerzos tremendos de yogis, jnanis, meditadores y karmis por romper sus cadenas? La respuesta solo puede ser una POR AMOR. Los santos y los seres perfectos rezuman amor, compasión y su acumulación de mérito es inmensa. Así, cuanto más mérito comparten por amor y compasión, más mérito generan. Es como la bolsa de Milofó, el buddha gordito y sonriente. Su bolsa nunca se vacía porque de ella dá con magnanimidad y su mérito se renueva y vuelve a llenarse su bolsa. Sai nos brinda sus historias y pasatiempos para enseñarnos el camino de vuelta a casa, por amor, por compasión y por confianza en su palabra. OM SAI RAM!.