La oportunidad de encontrar un Maestro Perfecto es muy rara. Ni tan siquiera el contacto más casual con él personalmente, su mensaje, o su imagen puede atribuirse al azar. Sai Baba decía que Él buscaba a los suyos en todos lados. A menudo esa relación se ha desarrollado a lo largo de muchas vidas; el Maestro Perfecto conoce esos antecedentes y esto se hace evidente en la familiaridad que a veces tiene con personas que se acercan a él por primera vez en esta vida. En el Sai Satcharitra hay historias donde Baba expone las vivencias de vidas pasadas y su incidencia kármica en la actual. Otra particularidad de los Maestros Perfectos es su capacidad de otorgar gracia. Esto no implica la ruptura de los ciclos de karma, sino la influencia de su bondad y su compasión para evitar sufrimientos a aquellos que se entregan a Él. Si tu tienes una deuda, y un amigo que te ama quiere pagarla por tí, ¿que tiene que objetar el acreedor? Este principio es difícil de entender por aquellos que se obcecan en "pagar" el karma y niegan el poder de la redención, negándose a si mismos así -ya que los Seres Divinos respetan nuestras decisiones-, el poder ser bendecidos por ese acto vicario del Sadguru.
Así, la visión del Maestro Perfecto, su palabra, su nombre, su parafernalia, poseen una especie de toque mágico para curar nuestra alma. Sai mismo decía que para quién se había entregado a Él, todos los demás procesos de liberación eran innecesarios. Es un salto al infinito porque en definitiva, el Sankhalpa (Voluntad Divina) del Guru, es obedecido sumisamente por el cosmos.
Om Sai Ram
(Devadip)