EL PRAGMATISMO DE BABA

     Ciertamente Sai Baba instruyó a sus discípulos. Pero no le interesaban las discusiones interminables, buscando rebatir el punto de vista de otro.

     Sai Baba, daba enseñanza directa y concisa sobre múltiples aspectos. Si leemos el Sai Satcharitra veremos que aún aquellos que se acercaban a Él con dudas o reticencias, recibían el impacto necesario para entender que estaba más allá de las limitaciones de este universo.

Su disposición a dar a cada uno aquello que realmente contribuía a su desarrollo espiritual, su paz y su felicidad fue puesta de manifiesto muchas veces. Y fuese cual fuese la creencia o fe de aquellos que tenían la dicha de acercarse a él, recibían apoyo y soporte para continuar en su senda, porque para Baba, todas las religiones no eran otra cosa que caminos a un fín común; acercarse, unirse a la Divinidad, que está más allá de filosofías, dogmas, teologías, etc. Por eso no era partidario de las conversiones de una forma de religión a otra. ¿Acaso con ello cambiamos a nuestro Padre Eterno?

     En este sentido, su vida misma fué un ejemplo de universalidad. Vivía en una dilapidada mezquita (templo musulmán) al que llamaba Dwarakamai (lugar donde vivió Krishna, deidad Hindú). Promovió y respetó las regulaciones de sus devotos, de acuerdo a sus senderos espirituales respectivos y apoyó la celebración tanto de fiestas Hindúes (como el Ram Navami), y el Urus (musulmana). El mismo apareció a los ojos de vistantes en la forma de la Divinidad o el Maestro que elos adoraban.  Fue visitado y reverenciado por personas muy disímiles, pero todas ellas conscientes de la santidad, cuando no, la Divinidad de Sai Baba.

                                                                      Om Sai Ram
                                                                           Devadip